
En medio de los grandes cambios sociales, culturales y tecnológicos de los últimos 200 años, las ciudades han visto una transformación significativa en todo el mundo. La urbanización es un fenómeno sin fin. Hoy en día, el 54% de las personas de todo el mundo vive en ciudades, una proporción que se espera llegue al 66% para 2050. En combinación con el crecimiento general de la población, la urbanización agregará otros 2,500 millones de personas a las ciudades en las próximas tres décadas. La sostenibilidad ambiental, social y económica es una necesidad fundamental para seguir el ritmo de esta rápida expansión que está desafiando a los recursos de nuestras ciudades.
A pesar del desorden, nuestras ciudades han comenzado a avanzar hacia iniciativas inteligentes, enfocadas en el transporte público, los edificios inteligentes, las redes de comunicaciones, el Wi-Fi y la movilidad. Algunas ciudades como Santiago, Ciudad de México, Bogotá, Buenos Aires, Curitiba, Medellín y Montevideo ya tienen proyectos de esta naturaleza.
Río de Janeiro está desplegando su proyecto Smart Rio, que utilizará alumbrado inteligente con bombillas LED de alta eficiencia, y se espera que impacte en la seguridad pública y que reduzca el uso de energía hasta en un 60%.
Santiago de Chile se distingue por su importante flota de autobuses eléctricos, cosa que está teniendo un impacto positivo sobre la calidad del aire y además baja los costos operativos en un 70%. También la capital de Colombia, Bogotá, está recurriendo a esta alternativa. Además, Santiago actualizó su red de alumbrado público con tecnología LED e instaló sistemas de calentamiento de agua de bajo consumo. Y Bogotá instaló sensores que monitorean las lluvias, los niveles de agua y el movimiento del suelo para detectar áreas que están en riesgo de inundación.
Medellín es otra ciudad colombiana que cuenta con un plan maestro de smart city que incluye unas 50 iniciativas y que arrancó con un programa de conectividad y un proyecto de laboratorio TIC.
Por su parte, Buenos Aires fue distinguida por su programa de gestión de residuos sólidos municipales “que promueve la reducción y fomenta la recogida selectiva de residuos”.

Las ciudades inteligentes tienen el potencial de aprovechar la tecnología para beneficiar la manera en que trabajamos, viajamos, nos conectamos y hacemos negocios, pero necesitamos elegir la infraestructura de borde adecuada y tomar decisiones importantes sobre la mejor manera de usar nuestra infraestructura inteligente y dónde invertir.
Las partes interesadas que trabajan en la creación de un entorno de ciudades inteligentes en Latinoamérica, como los gobiernos, las telecomunicaciones y las empresas, hacen bien en preguntarse: ¿cuál es el modelo de infraestructura de borde adecuado para mis necesidades y cómo puedo crear una infraestructura que soporte la latencia y confiabilidad requeridas?
La respuesta a esta pregunta marcará el camino hacia el futuro.