
No es novedad decir que la analítica de datos es la base de planes de negocio, de estrategias de marketing y de toma de decisiones que son fundamentales para mejorar la experiencia de cliente (de compra, de uso de servicios, la que sea). A partir del análisis de la interacción de los usuarios con las empresas, con datos y métricas precisas, se pueden mejorar procesos y optimizar sus resultados.
Pero no alcanza con datos duros: la calidad es trascendental. Para algunas empresas, los datos correctos -como un historial de compra que registre horario, día, tipo de compra, forma de pago y demás- es lo que permite satisfacer con éxito las demandas de los clientes. Si los datos no son certeros, no han sido bien recogidos o son de mala calidad, habrá demoras en el análisis y una desconfianza en la empresa.
¿Por qué es vital tener datos de “buena calidad”? Porque esto permite detectar riesgos, reconocer nuevas oportunidades y traer más clientes. En este escenario, el big data y la analítica de datos tiene como main goal la automatización de procesos para ofrecer una mayor personalización en los mensajes, contenidos, productos y precios.
Mejorar la experiencia de cliente es el principal objetivo porque permite entender mejor los perfiles de los consumidores y sus necesidades. Las plataformas de streaming o las redes sociales son los mejores casos de éxito: cuando uno recomienda un producto o servicio en base al análisis de gustos y preferencias, el usuario sabe que hay detrás un sistema que analiza su perfil y le devuelve lo que busca.
La analítica de datos que permite conocer al cliente, comprender mejor sus motivaciones o detectar los puntos más conflictivos en el proceso de compra y predecir su comportamiento es el camino hacia una experiencia de consumidor óptima. No se trata de garantizar una venta, sino de captar ese cliente y fidelizarlo a futuro. La analítica nos permite detectar puntos de contacto con el cliente para mejorar y para construir también mejor reputación de marca.
Para ello, se hacen necesarias herramientas o tecnologías que no están al alcance de todos y es preciso conocerlas, dominarlas y saber sus virtudes.
Podemos ofrecer una experiencia de compra “custom made”. Es cuestión de invertir recursos y saber cómo hacerlo para poder ofrecer “la verdadera experiencia satisfactoria”.