Sin apenas darnos cuenta, la inteligencia artificial ha llegado a todas partes y la utilizamos en nuestro día a día, en nuestro trabajo, planes de ocio o en nuestra casa, y muchas áreas de actividad podrán ser transformadas.
Hoy en día, la mayoría de las empresas generan grandes cantidades de datos que, en muchas ocasiones, no se explotan de una forma óptima. En este contexto, según un estudio realizado por la consultora Accenture, se espera que aquellas compañías que incorporen la inteligencia artificial a su modelo productivo aumentaran sus beneficios hasta en un 38% para el año 2035. Además de la cuenta de resultados, la IA también es un actor clave a la hora de aumentar la eficiencia empresarial.

La aplicación de IA en diferentes procesos productivos en empresas de diversos rubros, está lejos de ser “espejitos de colores”, ya que es una realidad palpable. Por ejemplo, el éxito de la inteligencia artificial en sus aplicaciones en marketing reside en la combinación entre el aprendizaje automático y la optimización de procesos. Las predicciones del aprendizaje automático ayudan a acertar en la toma de decisiones. Si bien esto es un hecho constatable, no solo se limita a las áreas de marketing de las compañías, sino que va más alla.
La IA reduce el número de errores, facilita un mantenimiento predictivo de los activos industriales y ayuda a mejorar los resultados económicos y la toma de decisiones de los gestores. Entre las funciones que se verán mejoradas con la automatización inteligente destacan la eficiencia operativa, los tiempos de entrega y la gestión de los procesos.
Hoy en día, la mayoría de las empresas generan grandes cantidades de datos que, en muchas ocasiones, no se explotan de una forma óptima. En este contexto, según un estudio realizado por la consultora Accenture, se espera que aquellas compañías que incorporen la inteligencia artificial a su modelo productivo aumentaran sus beneficios hasta en un 38% para el año 2035. Además de la cuenta de resultados, la IA también es un actor clave a la hora de aumentar la eficiencia empresarial.

Conforme las soluciones de IA comienzan a volverse una parte habitual de la vida de las personas, se espera que estas potencien las habilidades humanas. Un estudio de Microsoft, centrado en la adopción de estrategias de automatización para desarrolladores, encontró que el uso de herramientas sin código o de bajo código tuvo un impacto positivo de más del 80% en la satisfacción laboral, la carga de trabajo general y la moral de los usuarios, algo que se espera pueda replicarse en otras áreas conforme se acelere la adopción de IA en entornos empresariales.
Ahí es donde radica la historia no contada de la inteligencia artificial: hasta la fecha, la mayoría de sus beneficios se distribuyen en mil cosas diferentes en las que es imposible apreciar completamente sus ventajas; pese a esto, son una parte fundamental de las experiencias digitales modernas. Por ejemplo, durante una videollamada de Teams, en el sistema hay una serie de parámetros aprendidos por un algoritmo para optimizar la transmisión y garantizar una comunicación efectiva. Detrás de la aplicación hay más de una docena de sistemas de aprendizaje automático que soportan esta experiencia interactiva.
Aunque para algunos la Inteligencia Artificial todavía se sienta como algo lejano, hoy todos somos parte de ella y gran parte de los servicios que usamos día a día están optimizados por ella. Están a la vanguardia las empresas que ven a las nuevas tecnologías como aliadas. El gran valor de la IA es permitirnos anticipar los problemas y generar mejores respuestas de cara a los clientes. Y un usuario feliz, siempre regresa. Mientras mejor lo comprendamos, mayores serán los beneficios para todos.