En la actualidad, la mayor parte de las actividades de las empresas y los usuarios atraviesa la web: cuentas bancarias online, redes sociales personales, motores de búsqueda, entretenimiento, plataformas laborales, billeteras virtuales, entre otras aplicaciones. En este escenario, y como consecuencia de la acelerada transformación digital, los ataques cibernéticos se encuentran en considerable aumento y la preocupación afecta a todos los usuarios.

Ante esta problemática, las empresas invierten recursos y esfuerzos en poder proteger a los usuarios cuando interactúan con sus productos o servicios. Algunos ciberataques pueden provenir mediante técnicas de ingeniería social, donde el atacante se basa en la confianza del usuario y otra gran parte de los ataques provienen de problemas de la infraestructura de red y las malas prácticas de cableado e instalaciones deficientes.
Ahora bien, ¿cómo se crea una red eficiente y segura? Al hablar de cableado estructurado, nos referimos a un sistema que integra diferentes tipos de servicios de forma estandarizada, es decir, siguiendo una norma que establece ciertos criterios mínimos que garantizan el desempeño y gestión de la red. Además, es muy importante tener en cuenta las normativas actuales las cuales nos protegen de utilizar materiales de baja calidad o que no cumplen con los niveles de certificación de calidad y seguridad.
Son diversas y cada vez más peligrosas las amenazas que existen en la web, por lo que resulta fundamental contar con proveedores de conectividad que ofrecen protección perimetral como requisito mínimo para una Internet segura. En este sentido, la fibra óptica cobra cada vez más relevancia ya que aporta el nivel de seguridad más alto entre todos los medios de conexión existentes. Esta tecnología permite detectar de manera más sencilla el momento en el que, por ejemplo, alguien quiera acceder de manera ilegal a la información, impidiendo así que lleguen a hacerse conexiones ilícitas para robar el servicio. Aunque suene a ciencia ficción, lo cierto es que ya sabemos transmitir pares de fotones a través de cables de fibra óptica de una forma segura, es decir, protegiendo por completo, al 100%, toda la información codificada en ellos, lo que sitúa a la conectividad por fibra óptica como un medio seguro.
En pocas palabras, la fibra óptica se trata de la nueva tecnología que permite transferir datos a alta velocidad a través de impulsos de luz. En sí misma está conformada por finos cables ópticos fabricados en vidrio con un recubrimiento flexible en su exterior que lo hace inmune a interferencias electromagnéticas. En consecuencia, este tipo de conexión es más segura, estable y veloz que otros tipos de conexiones. Y, por último, en materia de ciberseguridad, esta conectividad ofrece alta seguridad porque las transmisiones de datos son muy difíciles de interferir o descifrar.